Dreamland: Travesía de Bonaire a Miami 2009 - VagaMundo Navegaciones
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Dreamland: Travesía de Bonaire a Miami 2009

Dreamland: Travesía de Bonaire a Miami 2009

Transporte del Swan 86 “Dreamland“, desde Bonaire a Miami.

En Bonaire nos espera abordo Jou, que junto con Toni, Maqui, Rafel y yo, conformamos el equipo de transporte.

Para comenzar, necesitamos una visa para entrar en USA por mar: la B1 y la B2. Solo la pueden conceder en la embajada de Madrid y ha de ser mediante entrevista personal, por lo que no nos queda más remedio que pegarnos el madrugón y coger el puente aéreo.
Maqui ya ha ido la semana anterior y nos envía un correo de lo que nos vamos a encontrar:

“Buenas, os explico las aventuras y desventuras para que consigáis el visado!!!

La cita para los visados ES EL MARTES QUE VIENE DIA 20 A LAS 8:15. Os enviare por mail una confirmación de la embajada nominal a cada uno. Este papel lo necesitáis para que os dejen entrar sin esta confirmación “patada en el culo”.

Vuelo Hacia Madrid desde Barcelona con Vueling (os enviaré los billetes) a las 06:00 de la mañana, llegada a las 7:15h a Madrid. Ojo! Vueling ahora está en la nueva terminal T1. En Madrid llegaréis a la T4.

De tiempo os va un poco justo, porque no saldréis del aeropuerto hasta las 7:45 tranquilamente (aunque no facturéis), coger un taxi porque sino iréis pillados de tiempo. En metro hay 30 minutos más 15 caminando. Con Taxi está bastante cerca, 15 minutos.

La embajada está en la calle Serrano 75.

En la calle perpendicular a Serrano con la que hace esquina la embajada, hay un bareto “bar de pinchos” Ahí podéis desayunar algo rápido. Es importante que os enrolléis con la “rubiaca rusa” que hay sirviendo los cortados y las porras (luego veréis porque)

A la embajada tenéis que llegar solo 5 minutos antes, sino, no te dejan entrar. Hacéis cola en la calle, y en la misma calle te revisan que la documentación que lleves esté ok.

Os comprobaran que lleváis el pago del Visado, los formularios rellenados, la carta con la cita para el visado y la fotografía. (Más abajo os paso una lista con todo lo que necesitáis)

Cuando parece que todo está bien, la tía borde de la entrada os dirá que no podéis entrara a la embajada con ningún tipo de maleta, mochila, bolso, porta documentos, teléfono móvil,etc. Tenéis que llevar los papeles en la mano. Ahhh y un boli que luego os hará falta.

Si, si… vuelvo a repetir no os van a dejar entrar nada, absolutamente nada, y tampoco tienen ningún sito para dejarlo. Aquí es donde entra en juego la Rusa del bar, jejejej. En lugar de hacer el nabo como yo y tener que volver al bar, cuando desayunéis ya le podéis dejar todo allí.

Bueno!! Ya os han dejado entrar. Espero!!, os esperan dos arcos de seguridad y el cacheo pertinente….

Luego entráis a una sala. Hay un tío dentro de una especie de pecera. Le tenéis que entregar los formularios, la foto y el pago. Os lo pondrá todo en un carpeta de color y os dará un número de turno. Entonces pasáis a una sala de espera llena de ventanillas.

Tenéis que esperar a que os llamen por la pantallita a la ventanilla que toque. Aprovechar para hacer amigos porque el asunto va para largo. Esta lleno de Venzolanos, Cubanas, Rusas, Argentinos…. Es muy divertido conocer gente!!!

Durante ese rato podéis aprovechar para rellenar un sobre de MRW que os darán donde tenéis que poner la dirección de entrega. En esa dirección es donde enviaran el passaporte con el Visado. Aquí es donde entra el juego haber cogido un boli, porque nadie lleva y los americanos no te dejan bolis.!!!

Cando os llamen a la ventanilla, os revisarán los formularios que todo esté bien. En ese momento tenéis que aprovechar para explicarle a la tia la movida:

Que sois españoles pero necesitáis visado porque primero vais a Miami en avión pero luego marcháis hacia Bonaire y volvéis a entrare en Miami en barco Privado y por eso se necesita el Visado. Entonces le entregáis la carta del armador (os la envío) y le explicáis que es una carta pidiendo la agilización de los tramites y explicando el porque, ya que el barco necesita subir al astillero a reparar, el astillero está esperando por el barco y estamos condicionados por las tormentas tropicales, y por tanto marcháis hacia Miami el dia 25. Hay que decirle también que tenéis vuelo de vuelta para el día 16 de Noviembre desde Miami, ya que solo váis a entregar el barco al sitio dónde se va a reparar.

Con esta historia, se lo toman bastante en serio, os revisará que todo esté bien, y os dirá “espere a que le volvamos a llamar”

Tendréis que esperar una horita más. Mientras ellos van revisando que todo este bien.

La segunda llamada (que es con el mismo número) te toman las huellas de las manos. Es muy rápido y no hacen nada más.

Ala… y otra vez a esperar.

Luego al cabo de 1h más te vuelven a llamar. Ahora es la entrevista con el cónsul, tambien en una ventanilla.

En un principio la entrevista es muy rápida porque al ser españoles, solo con que los formularios estén bien, no preguntan demasiado. En mi caso no me pidieron ni la documentación adicional. Enseguida me dijo que estaba el visado concedido.

A este, hay que volverle a explicar la historia de la primera vez, ja que este es el que decide y puede hacer de más y de menos. Hay que dejarle bien claro lo de la necesidad de la rapidez, para que hagan el visado el mismo día y lo envíen enseguida para que llegue en dos días. Hay que dejarle claro que el vuelo sale el domingo de esa semana.

Si hiciera falta para asegurar podría conseguir que alguien recogiera los Pasaporte en Madrid el Jueves y que nos los diera en el aeropuerto el domingo. Aunque es una combinación un poco peligrosa. Es mejor avisarle de la prisa (con la carta es fácil) y que se comprometa ha enviarlos rápido. A mi me dijo que lo haría.

Bueno, entonces es cuando te dicen que ya está, ya os podéis largar. Ahora, eso si, los tíos se quedan el pasaporte y no te dan ningún resguardo ni nada….

Documentación que necesitáis llevar:

· Foto de la cara de 5x5cm. Ojo no valen las fotos de carnet o pasaportes habituales.

· Resguardo del ingreso en efectivo en el banco Santander en la cuneta num. 00491803542210316035. Hay que ingresa en efectivo (no se pueden hacer transferencias), la cantidad de 91,70 euros, y poner como concepto “solicitud de visado”. Os pedirán vuestro numero de pasaporte

· El pasaporte.

· La carta del armador del barco.

· El mail confirmando la hora de la cita.

· El formulario DS 156. Esta en la web. Primero hay que rellenarlo en Internet y luego imprimirlo.

· El formulario DS 157. Hay que imprimirlo y luego rellenarlo.

· Además iría bien que también llevarais:

– Copia de la confirmación de los vuelos de entrada y salida.

– Copia del contrato de trabajo o nómina en España.

– Resumen de la última renta

– Copia de alguna cuenta bancaria que tengáis a vuestro nombre..

– Algo que demuestre, que tenéis raíces en España; Libro de familia, alguna propiedad, etc.

– Os paso copia del documento de registro del barco del año pasado por si os piden algo del barco.

Bueno, espero que vaya bien!!!

Cualquier cosa preguntarme. Intentar rellenar los formularios lo antes posible porque son bastante largos, coñazo y no paran de preguntar tonterías!!!”

Bueno, pues al final, todo esta odisea no fue tal…

 

Martes día 20 octubre:

Avión, taxi y a las 7:40h ya estamos en la embajada, asi que nos vamos a desayunar. El bareto de la rusa no aparece por ninguna parte y desayunamos en otro cercano a la embajada.
Nos presentamos a la cola y rápidamente nos comprueban todo y nos hacen pasar a los escaners, cacheo y taquilla para dejar móviles y carteras. Nos da número el de la pecera y enseguida nos llaman.
Explicamos toda la historia y hacen que nos atienda la supervisora para no cagarla en el tipo de visa: todo ok, se trata de la B1 y la B2. Huellas y mini entrevista con un agregado de la embajada:

“hola muy buenos días, en que trabaja y por que va a USA, oh que bien! que bonito es el mar y que sepa que ya está usted autorizado. La visa le llegará mañana.”

ni documentos adicionales ni nada, en dos horas estamos en la calle así que nos vamos al aeropuerto y cambiamos el vuelo que teníemos para la noche por uno a medio día.

Tampoco era para tanto!!

 

Domingo día 25 octubre:

Madrugón, avión a Madrid y allí cambio de terminal para coger el de Miami. Vuelo en Iberia, cansado y largo, como siempre.
Llegada a Miami. Pasamos los controles y descontroles típicos. El hotel lo tenemos en la misma terminal, menos mal. Hemos de hacer una noche porque el vuelo a Curaçao lo tenemos a la misma hora que llegamos y no nos da tiempo de cogerlo hasta el día siguiente.
Subimos a las habitaciones, dejamos maletas, encendemos el Tv y vemos en directo los últimos minutos del Barça – Zaragoza (6-1), joder, que gracia hace oir decir a los yanquis Pep Guardiola o Andrés Iniesta… je je je.

Taxi a Miami Beach y paseillo por Lincoln Av. y alrededores. Cenamos, buscamos el hotel Delano para hacer una copa en su “Lunge”, que nos han dicho que es lo más de lo más.
Vamos por las calles de tiradillos, con alpargatas bermudas y camiseta. Encontramos el Delano, demasiado lujo, dos matones en la puerta, no se si pasaremos. Echémosle morro que aquí son todos muy frikies y no creo que demos la nota! Así que para adentro con decisión y disimulo.
Todo el mundo se nos queda mirando pero nosotros recorremos el largo pasillo de columnas y divanes del hall hasta llegar al otro extremo donde la flor y nata cenan en mesas estilo colonial ante un jardin de piscinas, bungalows y haimas. Nosotros, muy dignos, hasta el final, donde encontramos una mesa y sillas dentro de la piscina, y gente rara tomándose unas copas allí sentados con el agua hasta las rodillas.
Esto no es realmente lo que buscamos así que foto y nos vamos a la calle.
Acabamos en una zona de bares temáticos españoles, con muy poca gracia. Copita, taxi y a dormir que ya llevamos 24h en pie.

 

Lunes día 26 octubre:

Desayunamos en el comedor del hotel que está en el piso superior y con vistas a todas las operaciones del aeropuerto. Hacemos maletas y las facturamos. Las miramos como si fuera la última vez, ya que dicen que van directas a Bonaire y creo que aquí nadie sabe donde está esa isla…

Embarcamos en un MD80 de Alitalia que no se sabe como ha ido a parar a manos de esta compañía aérea bananera cuando seguramente lo llevaban a desguace.
El avión consigue despegar y volamos a través del Mar Caribe hacia el Sur, hasta llegar a una isla en donde también consigue aterrizar aunque a regañadientes.

Desembarcamos y nos pasan a una zona de tránsito donde nos cobran 3 dólares por usar el aeropuerto, tiene cojones!
Pasamos un escaner para poder acceder a esa zona de donde no nos van a dejar salir y que tiene un bar, un lavabo y unas tiendas para que nos gastemos más dinero.

Como tenemos 2h de espera, decidimos intentar salir del aeropuerto pero no cuela y el jefecillo de inmigración nos manda al redil, aunque le conseguimos convencer de que nos haga una foto en el hall del aeropuerto… je jeje, cabezones que somos!
Ya es hora de embarcar y en el panel nos dan la puerta 7, pero allí no hay nadie. En la otra puerta nos dicen que no saben nada. Si, solo hay 2 puertas de embarque, pero ellos anuncian embarques por 12 puertas diferentes, que al final siempre es o una o la otra. Por los ventanales vemos que ponen nuestras maletas en un carro y las llevan por la platafora hacia una avioneta que está cerca de la puerta que no hay nadie, así que vamos para allí, donde vayan nuestras maletas vamos nosotros, seguro!

Por fin, con retraso, nos abren la puerta para que vayamos a la avioneta: un matrimonio mayor, nosotros 4 y un señor que cuando ve el cacharro dice que no se embarca en eso y que se va. …Que mal rollete…!!

Las maletas van apretujadas como un empedrado en los asientos de atrás, luego nosotros, el matrimonio y a mi me dicen que junto a los pilotos, dos morenos, un gordito y un chavalito flaco y nervioso.
El piloto, muy simpático, nos dice esas cosas de los chalecos y las puertas de emergencia. No se para que si no hay pasillo, tendremos que saltar por encima de los asientos.
Despega el copilotillo haciendo unas eses tremendas mientras el piloto está ocupado hablando por el móvil. Menos mal, ha colgado rápido y se ha hecho cargo de las comunicaciones. Es de noche y, aunque el vuelo ha de durar media hora, creo que se va a hacer muy largo…

Ya se ve la pista de aterrizaje y lo que la rodea, que debe de ser la isla. Le cuesta alinear el aparato pero al final lo mete aunque derrapando un poco de lado. Sin embargo, un aterrizaje que se puede contar es un buen aterrizaje.

Jou nos recibe en el chiringuito por donde se sale de la pista a la calle. Abrazos, saludos y el primer comentario de Jou:

“la semana pasada se cayeron 2 de estas aquí en frente, yo mismo fui con el dinghy a buscar supervivientes. La otra la derribaron seguramente con un tierra – aire porque estaban haciendo tráfico de drogas…”

Alentador.

Vamos al barco, que está amarrado a un pantalán, ocupando toda la minimarina. Por fin en casa!!

Nos acomodamos y nos vamos a cenar y tomar algo al “centro”, así que cogemos el dinghy y navegamos 5 minutos por la costa sin señalización marítima hasta llegar a la enfilación del trimarán fondeado con luces de neón y las luces azules del bar Karel’s, punto de destino. Amarramos en la pilona de la terraza y a cenar!

Jou comienza a presentarnos a todo el abanico de personajes que ha tenido ocasión de conocer durante los 4 meses que ha estado aquí “atrapado”. Nos impregnamos de este ritmo lento y placentero del Caribe y disfrutamos del entorno hasta caer rendidos en las literas.

 

Martes día 27 octubre:

Comenzamos a currar a las 8h a pesar de que nos levantamos a las 6h. Es un ritmo lento pero acorde a la luz solar.
Día de trabajos abordo, con paradas para comer a medio día en algun garito de este pueblo caribeño pero de ascendencia holandesa.
Todo se paga con florines o dólares. El idioma es una mezcla de español, inglés y portugués, pero hables lo que hables, todo el mundo te entiende.
Al caer la noche, excursión a cenar al argentino de la minimarina y yo me retiro a los postres porque el jet lag todavía me mata. 5h de diferencia.

 

Miércoles día 28 octubre:

Nos ponemos a acabar las cuatro tonterías que nos faltan para zarpar y ya vemos claro que nos iremos mañana, así que hacemos los papeles de customs para salir del país de Bonaire.

Decidimos ir a ver lo más representativo de la isla antes de marchar y cogemos el dinghy y los equipos de buceo autónomo y nos vamos a Klein Bonaire, el islote de enfrente, que es el paraíso del buceo del Caribe.
Una inmersión espectacular por la flora y la fauna, incluso para los que lo hacen con snorkel. Bestial!
Regresamos y limpieza del casco: me costó adivinar donde estaba la hélice de las incrustaciones que tenía.
Ardua tarea pero lo conseguí y ya gira y todo!

Cenita de despedida de todos los amigos de la isla. Lagrimitas incluidas, ya que Jou ha calado en los habitantes de la isla, ah1 y se marcha con el record a vela de la “vuelta a Bonaire” en las pasadas regatas, participando abordo de un Hanse 53′, dice que estos nabos no saben ni hacer un as de guía.

 

Jueves día 29 octubre:

Ultimos preparativos. Cargamos combustible y nos despedimos. Atrás queda la isla y la imponente nave velera ya navega, como en los viejos tiempos. Recorremos toda la costa noroeste de la isla hasta dejarla atrás y adentrarnos en ese mar salpicado de olas y nubes, con tanto sol que destiñe colores y quema la piel, incluso a la sombra.
Mar Caribe, rumbo norte. Próximo waypoint: Isla de La Mona, entre Puerto Rico y República Dominicana.
El viento es del E, rolando mucho entre el NE y ESE. Entre 15 y 20 nudos que nos dan un aparente de 20 a 24 a un descuartelar. El Swan cavalga a 10 nudos!
En estas condiciones pican a media tarde. Rafel y Maqui intentan recoger sedal con mucho esfuerzo a pesar de que hemos aproado el barco al viento para perder velocidad. Tal vez la pieza es grande.
Ya la vemos!! Ya está en la misma popa! Un yellow fin enorme!! tal vez de unos 30 o 40 kilos! Pero es muy difícil acercarlo para clavarle el garfio y una violenta sacudida del atún rompe nuestro sedal… maldición!
Ya habrán más, y espero que no tan grande porque no sabríamos que hacer con tanto pescado!!

El sol se pone y la noche surge suavemente porque la luna ya hace unas horas que salió para sustituir la luz solar. Tenemos una navegación muy luminosa pero no podemos disfrutar de la luz de las estrellas. Las guardias se van sucediendo: 2h de standby y 2h de guardia para cada uno hacen que estemos 4h en cubierta y 6h de descanso.
De vez en cuando alguna de las nubes que nos van cruzando nos regala una ducha fresquita que nos endulza todo el barco y nos aporta un poco más de viento para poder mantener la velocidad media.

 

Viernes día 30 octubre:

Seguimos avanzando hacia el Norte sobre el meridiano 68ºW. Las condiciones son las mismas que las de ayer. Organizamos un poco los trabajos que tendremos que hacer al llegar a Miami. Valoramos hacer una escala en Freeport (Gran Bahama), unas millas antes de llegar a los U.S.A., para que desembarque Jou porque no tiene visa para entrar por mar, así que lo enviaremos por avión a Fort Lauderdale.
Vuelven a picar y se vuelven a llevar el señuelo, por lo que decidimos cambiar a otro tipo de señuelo para peces más pequeños, al menos así no perderemos material en vano.
Hemos de hacer limpieza de cajones y armarios de la cocina puesto que están llenos de restos de productos alimenticios de dudoso origen y peor estado.
Llevamos el timón todo el tiempo a mano excepto cuando ponemos motor para apoyar la velocidad media y que no baje de 8 nudos. En las últimas horas está disminuyendo el viento y rolando a ENE.
Cae otra noche preciosa aunque hemos de ayudarnos con motor para poder alcanzar mañana el paso de La Mona.

 

Sábado día 31 octubre:

Amanecemos intuyendo costa muy próxima. El Paso de La Mona separa la República Dominicana de Puerto Rico, con la pequeña isla de La Mona en medio. Santuario de tiburones y esperemos que también de buena pesca. Nos despedimos del Mar Caribe con unos chubascos muy fuertes que dejan el barco empapado hasta la quilla. A medida que cruzamos el estrecho el mar va calmando y podemos abrir rumbo para poder parar motor y seguir a buena marcha tan solo con génova y mayor a un descuartelar.

Al pasar cerca de Punta Cana aprovecho para chequear si hay señal de telefonía móvil y veo que si. Intento llamar a casa pero me da error de conexión, así que escribo un SMS y, después de 8 intentos finalmente se envía:
“Todo perfecto. En posición 18º42’N 68º11’W. Saludos.”

Hasta ahora hemos usado el generador de emergencia para ir cargando baterías y enfriando las neveras y no tener que arrancar el principal. Hoy se ha parado él solo y no sabemos porque. No hay batería para poder arrancarlo, tampoco para arrancar el generador grande. Investigamos y averiguamos que usan la misma batería. Parece ser que el generador pequeño no carga la batería de arranque y, como su selenoide de paro es de circuito cerrado constante pues nos ha consumido dicha batería.
Seguiremos cargando baterías con la máquina principal ya que la necesitaremos para mantener velocidad cuando el viento calme. Hemos de inventar algo para arrancar un generador porque si no las neveras no se enfriaran.
Mañana lo pensaremos porque ahora es noche y no hay ni pinzas, ni booster de carga y arranque, ni batería de respeto con amperaje suficiente.

 

Domingo día 1 noviembre:

Durante esta madrugada hemos cruzado uno de los numerosos bancos de coral que hay por estas aguas. En cuestión de segundos hemos pasado de profundidades de 1000 metros a tan solo 11 metros de sonda. Impresiona un poco y te pone nervioso pero hay que fiarse de la cartografía. Me consuela saber que si damos con una piedra no señalizada le podré poner mi nombre.

Por el radar hemos podido detectar los restos de un antiguo naufragio que hay por aquí y que sobresale del agua, y eso que está a más de 60 millas de la costa más próxima.

El día ha despertado con mucho oleaje: mar de fondo de 2 metros de una borrasca que hay hacia el este de nuestra posición. El viento ha disminuido y se ha puesto del Este, con lo que nos da de aleta para seguir nuestro rumbo de 300º. Caminamos muy poco y las velas gualdrapean al son de las escoras del Swan, provocadas por este severo oleaje.

Desmontamos la batería de arranque de los generadores y que está dañada, y con los cables desnudos nos buscamos la vida para que alcancen hasta las baterías de arranque del motor principal. Estas consisten en dos baterías de 175 amperios montadas en serie para dar una tensión de 24 voltios, por lo que deberemos usar solo una de ellas ya que los generadores llevan instalación de 12 voltios. Además no solo hemos de mantener los cables en los bornes de esa batería hasta que arranque el generador, también hemos de improvisar una pequeña línea de 12 voltios que esté continuamente conectada a la batería del principal para poder alimentar así a la selenoide de paro y que ésta no provoque el corte de combustible del generador, lo cual lo pararía.

Después de montar todo el invento, el generador grande no arranca. Ni purgando el gasoil, ni cambiandole el filtro del gasoil y volviéndolo a purgar, ni nada. Nos contentamos con arrancar el pequeño que servirá para enfriar neveras y poco más.
Pescamos 3 o 4 pescados raros del atlántico mientras yo estaba descansando. Cuando me he levantado ya los habían cocinado por lo que no sabría decir de que clase son, pero si que en el plato se parecía a la dorada común.

A la tarde sacamos una llampuga de casi 1 metro que hemos limpiado, troceado y congelado.
Hacemos un zafarrancho de productos de comida que había por los registros y taquillas y va todo a la mar porque estaba caducado e incluso con visitantes.
Hacemos una desinfectación de los lugares de estiba y de paso solucionamos un problema con el drenaje de las neveras que estaba atorado.

Durante la tarde, a raíz de un violento gualdrapeo, el puño de escota de la mayor rompe sus cinchas de trevira que lo sujetaban al carro del pajarín y se nos queda la mayor en bandera. Maniobra de arriada de emergencia y la montamos con el primer rizo para seguirla aprovechando. Al final de la tarde la acabamos arriando por miedo a que siga rompiéndose con el movimiento tan brusco de estas olas. Navegamos con solo génova y a motor.

Al caer el sol decidimos probar la potabilizadora con el generador pequeño: todo un reto ya que la producción y el consumo eléctrico de ambos está muy parejo. El resultado es positivo y el generador pequeño puede con la potabilizadora. Se alimentan nuestras esperanzas de disponer de agua potable para beber puesto que nos hemos quedado sin ella: se compró muy poca por error.
Hago el test del agua producto y resulta muy pobremente potable y con olor, por lo que de momento es mejor la que hay en los tanques del barco. Decidimos pues entrar en restricciones de agua dulce.
Quien dijo que el domingo era día de descanso…!?

 

Lunes día 2 noviembre:

Hoy me he dedicado a averiguar por que las neveras huelen fatal por mucho que las limpiamos. Finalmente se trataba de que sus desagues van a parar a un pequeño tanque de retención que estaba lleno y que su bomba no funcionaba. El temporizador de la bomba estaba dañado por la corrosión por lo que lo anulo y la dejo directa, sin temporizador, hasta que podamos comprar el recambio. Explicado así suena muy fácil, pero han sido 2 o 3 horas de bucear por las sentinas del barco siguiendo mangueras, buscando planos del barco que han sido modificados y no redibujados, identificando cables, etc.

Se llega a sudar tanto metido en las entrañas del barco que hasta me ha parecido oir ponerse en funcionamiento la bomba de achique automática. Así que después del curro toca baño en la plataforma de popa: cubazos de agua salada, jabon y un aclarado final con agua dulce, que hay que racionarla ya que preferimos no usar la poatabilizadora hasta que no revisemos las membranas.
Por la noche, hemos pasado muy cerca de la isla de San Salvador y hemos podido cazar cobertura de telefonía móvil. He aprovechado para llamar a Barcelona.

 

Martes día 3 noviembre:

Hoy he empezado el día a las 4h de la madrugada, y tendré guardia hasta las 8h de la mañana. El cielo está precioso porque la luna está perfectamente llena y rivaliza con el Sol, que aún no ha salido, en quién ilumina más su lado de la esfera celeste: el sol por levante y la luna por poniente. Es evidente que el Sol acabará por derretir a la luna, al barco y a todos los tripulantes que en él navegamos. Menudo calor a las 8h de la mañana!!
Ya solo queda una calma irritante y una mar de fondo muy suave de 2 metros que tan solo sirve para ascendernos y descendernos.
Apesar de las averías y reparaciones, el aburrimiento va haciendo mella y urdimos una broma para Jou: ayer estuvo hablando mucho sobre el origen de los extraños episodios del triángulo de las Bermudas, así que hacemos lo siguiente mientras él está durmiendo a las 10h de la mañana:

Toni y Rafel abren la capota de la dinghy que está trincada en la cubierta de proa y se ocultan dentro, dejándonos sitio a Maqui y a mi. Yo voy dentro, a la mesa de cartas y me preparo para dejar el barco sin electrónica y con las alarmas de fallo grave sonando, mientras que Maqui desconecta el piloto y fija la rueda; se prepara para parar el motor en el momento en que comience el baile de alarmas. Pongo en el estéreo “Fortuna” de Carmina Burana con la función de repetición. Paro la B&G y se disparan las alarmas, subo la música a toda pastilla y salgo fuera encontrándome con Maqui que viene de popa de parar el motor y juntos corremos a ocultarnos en la lancha mientras todo está siendo gravado por la cámara que hemos montado en el poste de antenas de popa.
Seguimos ocultos por un par de minutos y Jou que no aparece. Salto a la popa sigilosamente y compruebo que Maqui, con los nervios, no paró el motor, solo quitó el contacto, así que lo paro y cuando me dispongo a ocultarme de nuevo aparece Jou saliendo por el tambucho y me pesca infraganti. La broma se ha ido al traste!

Intento hacerle ver que no se que ha pasado y que la tripu ha desaparecido, pero no cuela ya, es demasiado chapuza. Al final nos reimos todos juntos y casi mejor así porque podría haberse llevado un susto de muerte al encontrarse solo en el barco y con todo parado y a la deriva sin saber que ha ocurrido. Si es que a veces somos terribles…!!

Por la tarde ya estamos doblando la isla de Current para entrar en el canal de Fleeming, en plenas Bahamas entre Nassau y Freeport. Esta zona es una buena área de pesca y por fin nos da un buen resultado: pescamos una llampuga de más de 1 metro de eslora. Nos ha costado una lucha terrible, incluso llegando a poner el Swan marcha atrás para ir recogiendo sedal.

En la zona de bajos que domina la punta norte de esta isla viramos a nuevo rumbo 280º en medio de un mar de olas de 3 metros, suaves como colinas que nos hacen imaginar lo que estarán disfrutando los surfistas en el arrecife. Vemos una embarcación típica de pesca deportiva, la primera presencia humana en estos días.

Cae la noche y la luna sale de una manera espectacular que provoca que subamos todos a cubierta a admirarla. Incluso Jou se desorienta por un momento pensando que se trata de la salida del Sol: siempre le gastamos la broma de que le toca guardia cuando no es y ya no sabe si es de día o de noche.

La luna, de color salmón y con un enorme tamaño totalmente circular ha ascendido imponentemente perfilada apagando las estrellas a su paso y dominando el cielo ante la retirada sin condiciones del Sol por poniente, tras las lejanas nubes de Florida tal vez…

 

Miércoles día 4 noviembre:

Amanecemos con lluvia para variar y llegando a la boya de recalada del canal de entrada a Port Lucaya. Este puerto estilo ampuriabrava es un complejo turístico especialmente pensado para que los guiris se dejen la pasta comiendo, comprando chorraditas, contratando excursiones de pesca del merlin, excursiones de buceo, etc.
Hacemos una llamada para confirmar que podemos pasar sin peligro por el canal y nos dicen que con marea alta tendremos solo 12 pies, insuficiente para nuestro calado de 3.80 mts.
Cambio de planes: vamos al puerto comercial y nos quedaremos sin poder conectar electricidad ni agua.
Freeport no es muy grande pero amarramos sin problemas delante de un crucero enorme de unos 300 metros de eslora. Hacemos customs, inmigración y sanidad sin problemas, pagando una tasa por navegar y pescar en estas aguas durante todo el año, aunque solo pasemos aquí apenas 5 horas.
Cogemos un taxi para toda la tarde y vamos a comprar el billete de avión de Jou para mañana, su hotel para esta noche y nos vamos a hacer el guiri a Port Lucaya.

Nos colamos en el super hotel de la isla como viene siendo habitual en todas nuestras escalas, y paseamos un poco por la playa abriendo algun coco y tomando una cervecita.
Regreso al barco dejando a Jou en el hotel. Preparamos y salimos con el crepúsculo para que nos sobre tiempo para llegar con la marea entrante a Fort Lauderdale. Tan solo necesitamos hacer una media de unos 5,5 nudos. Ponemos motor casi al ralenti y un trocito de génova con un mar relativamente calmo y ligera brisa del NE…

 

Jueves día 5 noviembre:

Hice la primera guardia, de 18h a 22h, bastante tranquila, pero solo tendremos 4h de descanso entre guardias por faltar un tripulante, así que la siguiente es de 2h a 6h.
Cuando empezaba a coger el sueño oigo que entra alguien al camarote y se apresura a cerrar nuestra escotilla. Pienso: ya empezamos con los chubascos.

Todo se zarandea y ya comienzo a buscar la postura en diagonal en la litera para evitar rodar con las escoras violentas que se suceden cada vez con más frecuencia. No consigo pegar ojo y los ruidos de los cacharros que deben estar rodando por la cocina comienzan a ser insoportables. Miro el reloj y aún no son las 2h, pero me levanto a intentar poner orden en el salón y ofrecerles ayuda a los de afuera.

Cuando salgo al salón me doy cuenta de que todo está fuera de sí: Por las escotillas cenitales llueve a raudales, pero están cerradas sorprendentemente!! las cerraron con poca presión y el diluvio que fuera está cayendo consigue penetrar por la vieja goma del marco.

El pasillo de la cocina da miedo, parece una película de actividad paranormal: todo vuela, y lo que pesa mucho, rueda, a pesar de que tenga forma cuadrada! Hay que tener mucha habilidad para caminar y sostenerte en diagonal sobre el piso mientras te sincronizas con los golpes de mar para abrir un armario en el momento justo que sabes que va a durar 3 o 4 segundos antes de que todo lo que hay dentro salga disparado hacia tu cara, todo para meter un vaso o un tuperware.

Media hora para guardar tres cacharros de cocina!! y el agua cayendo por una escotilla sobre un ventilador que, si sigue funcionando despues de esta, lo bautizaremos con el nombre de “El Estornudo de Dios”.

Me visto con todo el traje de aguas y salgo a la bañera del puesto de “descontrol” por el tambucho de popa. Espectacular!!
Rayos, truenos, agua, muchísima agua, torrentes de agua inundaban la bañera, la corriente en contra del viento hacía crecer las olas hasta 3 metros o más, y eso, cuando alcanza al Dreamland por la aleta, lo saca de rumbo, lo escora, lo golpea, lo deja atontado y lo escora al revés para darle la otra bofetada por el otro lado.

Relevo a la guardia y saco un poco más de génova para intentar ayudar al piloto o a mis brazos a mantener el barco con el viento de popa. Operando los winches nos agarra una escora que nos pone de pie pero sin dejar de sentir la cubierta de teka en nuestro culo. Calcula el ángulo de escora. Así que me asusto y le digo a mi compañero que ya hace rato que deberíamos estar atados, y que no pienso dejar pasar un minuto más sin que lo estemos. Chalecos, líneas de vida, etc.

En ocasiones, la cortina de agua es tan espesa que no podemos ver los displays del palo, tan solo intuirlos.
Va amaneciendo y vamos cogiendo la dimensión de las nubes que nos han estado azotando. Se adivinan menos espesas y empieza a dejar de llover a medida que recortamos distancia a la entrada a Fort Lauderdale.

Nuestro rumbo de proa es de unos 30º de diferencia con el de GPS debido a la fuerte corriente del Golfo. Le pregunto a Maqui si hemos de llamar ya a los guardacostas y me contesta que cuando entremos a las aguas interiores lo comunicaremos al Harbour Master, y así lo hacemos, a lo cual nos contesta que ok y standby en el canal 14 de VHF. Yo creo que esto no es así, pero me callo.

Voy llevando el barco por los canales que recorren esta parte de Florida con mucho cuidado porque, a pesar de que de momento tenemos calado, hay muchos avisos de que la velocidad está restringida para proteger a los manatíes que habitan en estos manglares.

La cosa se va estrechando por anchura y, lo peor, por calado. Hemos acertado con la media de velocidad y estamos entrando con la marea subiendo, lo que nos da un margen de profundidad extra por si embarrancamos y corriente a favor que a la hora de maniobra me puede dar un susto.

Llegamos a un cable eléctrico que no teníamos previsto y consultamos rápidamente su altura en las cartas. No podemos parar el barco, en esos momentos vamos en punto muerto y la corriente nos lleva a casi 3 nudos. Si doy atras ya seguro que me quedo sin capacidad de maniobra. 40 metros de altura dicen los libros pero a nosotros no nos lo parece ni de coña, tenemos 35 metros de altura y cada vez vemos más cerca la antena de la perilla de los cables eléctricos…! Huyyyy!! pasamos casi rozando diría yo.

La parte más complicada llega ahora: nos han avisado de que el canal, estrechísimo (tiene de ancho una vez y media nuestra eslora) y lleno de barcos amarrados en los flancos, tiene un par de bancos de arena que nos obligan a hacer un giro muy brusco y rápido al estilo de una chicane. Tan solo tenemos unas referencias a una casa y un muelle, así que los nervios a flor de piel y concentrados, porque el barco se lo lleva la corriente y no podemos pararlo, hay que acertar a la primera o… galletazo!

Llegamos al sitio y rápidamente identificamos las referencias pero sin tiempo para pensárnoslo: viró con antelación para poder compensar la corriente y me encuentro con el barco cruzado en el canal, intentando trazar la chicane, pero navegando de costado y con la sonda marcando 0.1m. Contratimón rápido y pasamos rozando la proa de un superyate que espera en un muelle de un astillero. Uff!

5o metros más y llegamos a nuestro astillero, a rebosar de barcos, con 20 nudos de viento, con fuerte corriente, sin calado y sin nadie que nos indique donde hemos de atracar…!
Intento salir del canal virando a estribor para entrar en la minidársena del astillero pero la corriente me lo impide llevándome de lado irremisiblemente por el canal principal. Corrijo a toda máquina hacia atrás, recupero posición inicial y lo vuelvo a probar: mejor pero no llego ha hacer salir el barco del canal principal, y me arriesgo a quedarme incrustado en la proa de un superyate. Tercera intentona y hago la virada esta vez a 2 o 3 esloras de la entrada de la dársena, lo cual me permite navegar de lado mientras voy acelerando la hélice para conseguir avanzar en dirección a la dársena en el momento ajustado en que libro el último barco amarrado, casi rozándolo, pero era la única forma de entrar ahí.

Que pequeño es esto!! me dice un operario que no es aquí, que de la vuelta y lo saque de nuevo al canal principal para amarrar al lado de un edificio hangar. Joder! que no tengo hélice de proa!
Da igual, al final lo tuve que hacer y milagrosamente no tocamos a nadie y conseguimos meter el barco en el agujero que nos indicaron. Pero espero que sea la última vez que me veo en una de estas por que acabo fatal de los nervios!!

Comenzamos a desmontar velas y medio barco para preparar trabajos en el varadero. No he dormido nada y estamos todos extasiados, así que por la tarde cogemos un coche de alquiler y nos tomamos la tarde libre para ir al centro y pasar por customs a hacer la entrada al país… tema digno de dedicarle otro capítulo!!

Capi
oskargil@hotmail.com
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